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Una noche reflexionando sobre mi cama entró un viento fresco por la ventana, lo observe, lo sentí por toda la habitación, yo me encontraba con las manos cruzadas debajo de mi cabeza observando el techo de la recamara.

El viento fresco se fue haciendo denso y apareció frente a mi un Ángel, me llamó la atención sus bellas alas blancas, recordé que yo solo tenía dos cayos en mi espalda y le pregunte: ¿donde están las mías? ¿quien corto mis alas?

El guardo silencio, me observó con una mirada de paz y belleza indescriptible.

Le vi a los ojos y sonreí.

Angel Cosio

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"Soy grandeza en armonía permanente"