La creación de la personalidad

Después de la gestación, salgo a este mundo llamado Tierra y llego equipado con un cuerpo y una personalidad, que protegen mi esencia y estoy listo para tener un cúmulo de experiencias de vida desde que doy el primer respiro.

REFLEXIONREVELACIÓN

Angel Cosio

5/14/20242 min read

Nacimiento de una falsa personalidad.

Después de la gestación, salgo a este mundo llamado Tierra y llego equipado con un cuerpo y una personalidad, que protegen mi esencia y estoy listo para tener un cúmulo de experiencias de vida desde que doy el primer respiro.

Solo que en mi caso, mi ego llegó más desarrollado, muy exigente y dependiente y llamando la atención. Cuando estaba en gestación, recibí mucha carga negativa, por las peleas y gritos de mis padres. La sustancia tóxica de mi madre al sentirse abusada, abandonada y frustrada, repercuten en mí y se desarrollan mecanismos de defensa muy fuertes; tenía la sensación de que no pertenecía, que no me desean y no duraría mucho aquí afuera.

Crecí físicamente igual que mi personalidad, por la necesidad de protegerse del medio ambiente, de las enfermedades y del abandono. El ego se apodera de la esencia, cuando su tarea principal era protegerla, llega a crecer y a amarse tanto que la esencia al verse amenazada ya no le escucha.

La antes mencionada, al verse amenazada y regañada se esconde, entristece y duerme por instinto de conservación. Así iba por la vida, con el cuerpo débil por causa de las enfermedades y el ego que se encontraba en mi contenido de pensamiento desarrollaba ideas de supervivencia desenfocadas y distorsionadas de la realidad.

Como niño en un ambiente donde todo era gigante, el esfuerzo que tenía que realizar era enorme, ya no tenía tiempo de cuidar la esencia o al menos no de la manera natural. Lo intenté según iban las circunstancias, y a lo que venía, a lo que me sucedía en la vida.

El ego se llena de ideas y emociones negativas, aprende por lo que ve, lo que escucha y siente. Crece y crea un contenido psicológico de niño en un mundo de adultos, donde el niño no tiene voz ni voto, así que aprende a sobrevivir por el mismo.

Contaré una historia para demostrar esta experiencia:

“Caminando por las calles de Tijuana, pasea un hermoso niño con ojos enormes, cuando de repente le cae encima un disfraz de gorila, el disfraz se cierra y el niño queda preso dentro de él. Es peludo y huele mal, la máscara es sumamente amenazadora, grotesca y a veces, gentil y perversa. El niño nota que el disfraz es pesado y que realiza mucho esfuerzo para caminar y moverse, nota que el disfraz se alimenta y mucho y que a él no le toca mucho, y el niño sufre de hambre.

El disfraz empieza a actuar por sí mismo, el niño ya no lo puede manejar y le grita en repetidas ocasiones—¡No! ¡Yo manejo, tu no! No te puedes mover por ti solo, el disfraz peludo no responde. Come y come y un día por protección, el niño decide caer dormido, mientras que afuera, el disfraz tiene mucho que comer”.

Aquí se ilustra cuando la personalidad o ego, como algunos le llaman, ya no escucha y deja de realizar su trabajo primordial, el proteger. La esencia lo más natural y real de nosotros se queda dormida, por inanición, por desconexión.

Fragmento del libro "No hay mejor momento que este momento" , de Angel Cosio.


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