Cuando el descanso parece inseguro
Finalmente, dejas de moverte. Te sientas, tomas un respiro y te dices a ti mismo que esto es descanso. Pero en lugar de paz, sientes una punzada. Una extraña incomodidad comienza a crecer. Agarras tu teléfono. Revisas una pestaña. De repente recuerdas algo "urgente".
REFLEXIONREVELACIÓN
Angel Cosio
8/4/20253 min read


La resistencia oculta del sistema nervioso a la quietud
Finalmente, dejas de moverte.
Te sientas, tomas un respiro y te dices a ti mismo que esto es descanso.
Pero en lugar de paz, sientes una punzada.
Una extraña incomodidad comienza a crecer.
Tomas tu teléfono. Revisas una pestaña. De repente recuerdas algo "urgente".
Y así, la quietud desaparece.
Esto no es un problema de productividad.
Ni siquiera es un problema de enfoque.
Es tu sistema nervioso diciéndote que la quietud aún no se siente segura.
Por qué el descanso desencadena ansiedad en lugar de calma
El descanso debería sentirse bien.
Pero si has estado en modo supervivencia durante demasiado tiempo, a menudo no lo hace.
Porque la supervivencia entrena a tu cuerpo para encontrar seguridad en el movimiento.
Para sentirte en control cuando estás haciendo.
Para esperar dolor cuando las cosas se ralentizan.
La quietud entonces se vuelve desconocida.
Y lo desconocido se siente peligroso para un sistema desregulado.
Piensas que simplemente eres malo para relajarte.
Pero en realidad, tu sistema nervioso nunca ha aprendido que el descanso está bien.
Qué sucede cuando el descanso se siente inseguro
- Comienzas a sobre analizar cuando dejas de trabajar.
- Sientes culpa cuando te relajas.
- Intentas relajarte pero te vuelves irritable o inquieto.
- Necesitas estimulación para sentirte bien: música, desplazarte por redes sociales, hablar, moverte.
- Confundes agotamiento con pereza.
Esto es desregulación del sistema nervioso.
Y ninguna cantidad de disciplina puede cambiarlo.
Tienes que reprogramarlo desde adentro.
Dónde empieza este patrón
Para muchas personas, el patrón comienza temprano.
Te alababan por mantenerte ocupado.
Te enseñaron que estar quieto significaba ser improductivo.
O peor, ser perezoso.
En entornos de alto estrés, la quietud a menudo significaba que algo estaba mal.
El silencio significaba estar esperando el próximo problema.
La relajación era insegura porque te dejaba desprevenido.
Así que tu cuerpo se adaptó.
Encontró seguridad en estar siempre activo.
Y ahora, incluso cuando la amenaza ha desaparecido, tu cuerpo sigue sobresaltándose ante la paz.
Cómo reconstruir la seguridad en la quietud
La respuesta no es obligarte a descansar.
La respuesta es reconstruir la confianza en tu sistema.
Enseñarle a tu cuerpo que nada malo sucede cuando te relajas.
Aquí está cómo hacerlo:
Paso 1. Comienza con micro-quietudes
En lugar de una hora de descanso, prueba 60 segundos.
Pon un temporizador.
Siéntate. Respira. No hagas nada.
Deja que tu mente vague. Permite que tu cuerpo responda.
Luego detente.
No estás tratando de sentirte increíble.
Estás tratando de introducir la seguridad poco a poco.
Paso 2. Ancla el descanso en la sensación, no en el pensamiento
Tu cuerpo se calma a través de las sensaciones, no de la lógica.
Prueba anclarte con:
- Tocar algo frío o con textura.
- Colocar tu mano en tu pecho o estómago.
- Respirar lentamente con los ojos cerrados.
Le estás mostrando a tu cuerpo que estar presente no es una amenaza.
Paso 3. Descansa sin ganártelo
Sin necesidad de rendimiento.
Sin justificación necesaria.
Descansa porque tienes permitido hacerlo.
No porque hayas terminado algo.
No porque te hayas quemado de cansado.
Esta es la reprogramación.
Aquí es donde la resistencia se suaviza.
Paso 4. Espera la incomodidad. Supérala
Cuando te detengas, tu sistema podría entrar en pánico.
Podría darte mil razones para volver a levantarte.
Esto es abstinencia de una sobre-activación crónica.
No luches contra ello. Simplemente obsérvalo.
Dilo en voz alta: “No estoy en peligro. Mi sistema está aprendiendo algo nuevo”.
La incomodidad pasará.
La seguridad se construirá.
Paso 5. Haz de la quietud un ritual, no una recompensa
Dale un lugar en tu día.
A la misma hora. En el mismo entorno. Con la misma intención.
Crea un contenedor que tu cuerpo aprenda a confiar.
Esto es lo que entrena a tu sistema para dejar de ver el descanso como una interrupción.
Con el tiempo, la quietud se convierte en la base.
Y la actividad se convierte en una elección.
Reflexión final: El descanso no es un lujo. Es un lenguaje
Tu sistema nervioso no habla con palabras.
Habla en patrones.
En sensaciones.
En repetición.
Cuando descansas regularmente, tu cuerpo escucha este mensaje:
“Estoy a salvo. Me está permitido estar quieto. No necesito actuar para estar bien”.
Eso no es solo autocuidado.
Eso es auto liberación.
Angel Cosio
No hay mejor momento que este momento
www.angelcosiomomentos.com
Si estas interesado en el campo de estudio de la espiritualidad, conciencia y desarrollo humano suscribete a nuestro boletin mensual.
"Soy grandeza en armonía permanente"
Sigue mis redes sociales
Disclaimer: Si estas pasando por una crisis no busques ayuda en esta pagina. No somos profesionales de la salud.
Busca ayuda en las instituciones de apoyo mas cercana, PULSA aquí
Apoya para seguir compartiendo al mundo nuestro trabajo, el tuyo y el mio. "No hay mejor momento que este momento"